descripción de la obra




El soporte discursivo que ha conducido mi trabajo gira en torno a una definición de la sexualidad femenina determinada a partir de una sociedad estructurada en basamentos patriarcales y que, apoyados en elementos de fe, han generado una subordinación de lo femenino en cuanto a la percepción del cuerpo y el placer.

Se pretende de alguna manera, una relectura de un pasado históricamente represivo, en que los condicionantes morales han actuado como agentes castradores de una corporalidad, teniendo como base, los modelos anclados en la piedad y devoción.

Lejos de la literalidad, la obra aborda un regreso al cuerpo, como un regreso a la matria, aquel lugar interior, íntimo, en el que se construye la individualidad, en donde se expresa el ser.
De esta manera mi intención plástica abriga una nueva escritura del cuerpo femenino mediante objetos, materialidades o acciones que se han definido como propios del género: los tejidos, testigos del tiempo, enlaces reiterativos de una fibra que configura un mapa de esa estructura interior, originaria, matriz, dibujo que expone una herida. En este trayecto, recorro la ciudad y recojo telas, pelo, hilos, cuerdas; fragmentos, engranajes de objetos que han desaparecido pero que exponen las huellas de su existencia, han sido testigos del deambular de diversos seres y por tanto, encierran un gran potencial evocativo; con estos elementos invoco la sangre, la preñez, la pureza, la voluptuosidad, la muerte, el dolor.

Es a partir de desechos, de fragmentos de lo cotidiano que se esgrime el propio lenguaje, cuyo acento no es ajeno a la propia condición, esta es, el ser latinoamericano; la propia historia, la propia genealogía, establecen una fonética constantemente mutable pero persistente en su búsqueda de lo originario, lo telúrico.

El cuerpo femenino como un contenedor de secretos, una caja por abrir; en ella se conjugan tejidos y amarras, en cuya tensión la carne abriga el deseo; clavos, objetos encontrados, olvidados, fragmentos envueltos en la huella de lo humano; pequeñas reliquias que emergen con su potencial simbólico engullendo las formas del propio cuerpo, como un exceso, un desborde de voluptuosidad.